El Comité Campesino del Altiplano (CCDA), es una organización de base conformada por campesinado indígena, comunidades y organizaciones que apoyan el proyecto político y socioeconómico de la organización en su lucha por el acceso a la tierra y a los recursos que hacen posible el desarrollo y la vida misma de la población campesina.
Acciones de defensa del territorio
El CCDA se trazó el objetivo de sistematizar experiencias de transformación de conflicto de comunidades indígenas y campesinas que buscan gestionar la defensa del territorio, el recurso hídrico, tierras comunales y acciones afirmativas en el resguardo de los derechos humanos y colectivos.1
La sistematización de experiencias en diferentes proyectos y procesos siempre generó reflexiones y aprendizajes para enriquecer su trabajo. Entre los años 2019 y 2020 se realizó la sistematización de dos experiencias o procesos emblemáticos Rocja Pontila y Santa Elena Samanzana 2, Alta Verapaz, Guatemala.
Esta se enfocó en dos procesos que, si bien ya alcanzaron resoluciones y dictámenes favorables, están pendientes de recibir la titulación legal de las tierras (Santa Elena Samanzana 2 y Rocja Pontila) y de consolidar y garantizar la resolución a la demanda comunitaria, porque no se descartan nuevas acciones impositivas. En el caso de la hidroeléctrica Central Rocja Pontila de la empresa Proyecto de Desarrollo Integral Pontilá S.A.; en el caso Santa Elena Samanzana 2 que las instituciones del Estado puedan brindar certeza jurídica a la comunidad para que no exista incertidumbre de desalojo de la comunidad por parte de entes privados (terratenientes).
Para el CCDA, estos casos son emblemáticos porque aportan aprendizajes significativos y lecciones para compartir con organizaciones hermanas que fortalecen las luchas campesinas. Además, porque alcanzaron resultados positivos en un contexto sumamente hostil y, sobre todo, porque representan las demandas de pueblos indígenas. Su carácter de emblemáticos, también está dado por el nivel de violencia que llevan implícitos y por el daño material, emocional y físico causado a la comunidad. Las experiencias recopiladas se desarrollaron en el territorio de Alta Verapaz.
Con 8,686 km2, Alta Verapaz posee gran riqueza de recursos naturales que contrasta con el alto índice de pobreza que afecta a la mayoría de su población; en 2018, alcanzaba 1 millón 215 mil habitantes, de la cual l 93 % es de origen maya (Q’eqchi’ 86 %, poqomchí 12 %) y 79 % rural. Según proyecciones derivadas de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI, 2015), el departamento presenta una pobreza total mayor al 83 %. En este sentido, es el departamento con las peores condiciones de pobreza y desigualdad en áreas rurales, población indígena, femenina e infantil (Informe de Sistematización).
La experiencia de Rocja Pontila.
Las comunidades de la cuenca del Rio Icbolay frenaron la construcción de una hidroeléctrica que afectaría la vida de 170 familias al privarlas del recurso hídrico, debido a las consecuencias medioambientales. “Como autoridad ancestral, mi principal misión es cuidar la naturaleza”, afirmó Rolando de 56 años. “Cuando nos dimos cuenta de la amenaza de la hidroeléctrica, buscamos el apoyo del CCDA que antes nos había acompañado y capacitado”.